Usted recordará que a mediados de octubre, Nayib Bukele a través de su ministro de Hacienda solicitó a la Asamblea Legislativa un recorte de 60 millones de dólares al presupuesto de Educación para financiar “otros compromisos” -la historia nos revelará más adelante cuáles eran estos compromisos-. Irónicamente, 60 millones de dólares es también el gasto que se estima que este gobierno ha realizado en el certamen de Miss Universo. Se me ocurre, pues, sin utilizar mucha creatividad, que Bukele pudo, en lugar de recortarle 60 millones de dólares al Ministerio de Educación, haber destinado tus impuestos y los míos, a reparar las escuelas que se están cayendo a pedazos en todos los cantones del país, y que no son pocas. Pero es claro que Bukele y yo tenemos prioridades muy distintas. A mí no me gana el ansia de figurar internacionalmente con el dinero de los salvadoreños.
Toda persona que sea medianamente responsable pone sus necesidades y urgencias antes que el placer y el entretenimiento. Reparar escuelas e institutos para evitar que se materialicen los peligros que corren a diario muchos de nuestros niños y adolescentes es una NECESIDAD Y UNA URGENCIA, ser anfitriones de un certamen de belleza, por el contrario, NO ES NI NECESARIO NI URGENTE.
¿Qué beneficio va a recibir la pequeña niña de 6 años que se fue a su escuela sin desayunar de ver por la televisión que la corona de la ganadora cuesta 6 millones de dólares? ¿Qué beneficio reciben los niños de un cantón de Usulután o de Morazán, que tienen que cruzar el río descalzos para ir a la Escuela, de las vallas publicitarias del Certamen de Miss Universo, colocadas en todos los postes de la Escalón y San Benito? La respuesta es dolorosa y fulminante: ningún beneficio.
La infraestructura educativa de este país se encuentra en condiciones deplorables por una razón muy sencilla: falta de voluntad política. ¿Cómo se resuelve, entonces, un problema que el gobierno no tiene intención de resolver? Sencillo: cambiando de gobierno.
¿Cómo Luis Parada y Celia Medrano van a mejorar la infraestructura educativa? La respuesta también es sencilla: Haciéndolo. Es decir, teniendo la voluntad política de resolver la crisis educativa y poniendo como prioridad lo que es necesario y urgente. Bukele prometió la reparación de mil escuelas por año, y naturalmente no lo cumplió porque jamás le importó siquiera preguntarse si esa promesa realmente tenía sentido. Ya lo dice el refrán: “nadie promete tanto como el que no va a cumplir”.
¿Se puede afirmar que la capacitación de los docentes en la actualidad es ineficaz y que el sistema pedagógico es inviable? Pues yo veo la necesidad de ser más rigurosos y precisos: el problema es que NO EXISTE CAPACITACIÓN DOCENTE, y eso es precisamente porque no existe un SISTEMA PEDAGÓGICO definido.
Cómo vas a capacitar al plantel docente, si
- EN PRIMER LUGAR, nuestros gobernantes no tienen la voluntad política de mejorar la calidad de la educación, la profesión docente es una de las peores remuneradas de este país;
- EN SEGUNDO LUGAR, no hemos definido cuáles son los objetivos fundamentales de la educación y cuál es el sistema pedagógico que vamos a implementar. ¿Cuál es el modelo pedagógico acogido por nuestro Sistema Educativo? ¿El modelo conductista, el modelo constructivista, el modelo liberador? Nadie podría responder esta inquietud porque no existe un consenso al respecto
- EN TERCER LUGAR, nuestra sociedad es la responsable principal del abandono de la educación. Ya lo decía un experto en esta materia: los salvadoreños le exigen más a la selección nacional que a los maestros de sus hijos. Mientras tanto tenemos maestros de primaria que no pueden hacer operaciones aritméticas básicas, que no tienen vocación o que no tienen ningún compromiso con la educación de sus estudiantes.
Sólo cuando llegue al ejecutivo un gobernante que promueva un cambio en nuestra cultura política y solo en la medida en que consiga que la sociedad comprenda profundamente la necesidad de mejorar la calidad de nuestra educación sentiremos la urgencia: 1) de invertir en la infraestructura educativa, 2) de definir un modelo pedagógico que vaya más allá de la mera memorización dogmática de los contenidos y que estimule el pensamiento crítico y las capacidades de análisis, de síntesis y la creatividad; 3) de capacitar a nuestros docentes con miras a cumplir con objetivos muy definidos y que éstos sean dignamente remunerados.
¿Por qué debería usted votar por Luis Parada y Celia Medrano en las elecciones de febrero? Porque somos la única fórmula presidencial que entiende lo que hay que hacer y que tiene la voluntad de hacerlo.
La principal tarea de nuestros ciudadanos es ser críticos de las actuaciones tanto de sus gobernantes como de aquellos que aspiran a serlo.